YO LO DEJO

07.05.2023

Todos mis camaradas -mis amigos en el sentido más rotundo y hermoso de la palabra- ya han renunciado, abjurado y apostatado del falangismo, de la Falange, de sus símbolos y de sus colores. Han renunciado -por puro y simple hastío- a Satanás, a sus pompas y a sus obras, tal y como decíamos en la Primera Comunión. Firme en mis convicciones -tan poco flexible como sólo un tonto del culo puede serlo- me he mantenido fiel a la creencia de que era posible desarrollar alguna clase de actuación política al amparo del yugo y de las flechas y de nuestros viejos estandartes: empecinado en la convicción de que, a través de una profundización doctrinal y de una clarificación de nuestro mensaje, podríamos atraernos a los sectores rojinegros menos contaminados por el populismo extremoderechista. Convocar a los sectores más saludables -si es que queda alguno- dentro de nuestro cada vez más estrecho ámbito político. Estaba en un error. Un profundo error sin duda provocado por la enorme pereza de dar un salto en el vacío y de salir de nuestro cómodo espacio ideológico.

Pues lo dejo. Después de espectáculos tales como el ofrecido por el autodenominado falangismo con ocasión del traslado de los restos de José Antonio al Cementerio de San Isidro, yo lo dejo.Me pueden el bochorno, la vergüenza ajena y la vergüenza propia. Es imposible hacer falangismo mientras esta turba continúe en la pública utilización de nuestros símbolos identificativos y de nuestros conceptos políticos. Unos símbolos y unos conceptos que -constantemente malinterpretados cuando no directamente ignorados- han acabado por calar, en su versión errónea y deformada, en el conjunto general de los ciudadanos españoles. Yo he dicho y mantenido que la Falange estaba muerta. Lo que digo y mantengo ahora es que no se puede resucitar en forma alguna. Al menos, mientras no desaparezcan de nuestro entorno público las personas y las organizaciones que han sido directamente responsables de esta mixtificación criminal. Y que conste que hemos hecho mucho por el achicamiento de sus espacios. Pero no es suficiente ya que, en la actualidad, perviven los shows ignominiosos y los estrafalarios mensajes al público amparo de nuestra gloriosa Bandera.

Eso no significa que nuestra propuesta política esté muerta también. Ni mucho menos.

He estado ciego al no darme cuenta de que nuestros principios políticos son mantenidos por un conjunto cada vez más amplio de personas que no tienen motivo alguno para verse constreñidos al limitadísimo marco del falangismo oficial. En estas horas difíciles de España, lo importante son los valores que defendemos y las líneas de actuación política que propugnamos, y no tal o cual denominación de origen. Se trata de trabajar por la Revolución, agrupando tus fuerzas a las de personas que piensan como tú y que son capaces de articular sus acciones públicas en torno a unos principios comunes.

Lo hemos repetido incansablemente: nosotros tenemos muy claro que los puntos que defendemos son la República, el Sindicalismo Revolucionario, la Autogestión, el Federalismo, la Soberanía y la Democracia directa y participativa.

República como forma de Estado.

Sindicalismo en su triple vertiente de instrumento de lucha obrera, cauce de representación democrática y elemento de transformación revolucionaria.

Autogestión como mecanismo democrático de eliminación del modelo capitalista.

Federalismo como forma de cohesión social y como instrumento de organización territorial.

Soberanía en el sentido de su plena recuperación para la Patria Liberada.

Democracia directa y participativa como eje central y base del funcionamiento de las instituciones de representación.

Hace algunos años, nosotros levantamos La Bandera Negra como una forma de organización flexible capaz de luchar por esos principios. El día 12 de Junio, La Bandera Negra vuelve en forma de Programa de Televisión agrupando -de nuevo- a los viejos camaradas de lucha. Volvemos a propugnar nuestros principios irrenunciables fuera de los límites gastados de los partidos anticuados. Me he equivocado mucho y profundamente. Pero también sé rectificar. Y así podré decir como aquel buen amigo cuando le preguntaban sobre la Falange para contestar invaríablemente con un lo estoy dejando

Pedro Peregrino - Calle la provincia 5. Burgos. 09128
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