UN STALINGRADO CUTRE Y MELÍFLUO

19.03.2024

A mí me asquea. Me asquea la política española de 2.024. Me asquea -mejor dicho- lo que se insiste en llamar política española todavía. Se me están haciendo bola tantos koldos, armengoles, begoñas, puigdemonts y demás elementos. Esto está siendo inaguantable: tal nivel de crispación institucional, de puro enfrentamiento entre españoles, de insolvencia moral, de mala leche y de periodismo teleridigido. Hoy -tal vez con más intensidad que en cualquier otro momento anterior que hayamos podido vivir- se hace necesario amueblar un pequeño mundo interior. Un lugar donde replegar la mente, haciendo un ejercicio de sencilla meditación, y donde dejar que nuestros sentimientos vaguen libres sobre aquellos parajes limpios de las ideas inmaculadas. Un exilio interior por fuerza siempre pasajero: siempre limitado en un tiempo que nunca parece detenerse. Un recurso personal frente a tanta indignidad, inmundicia y miseria.

El Gobierno de España está acumulando un número de escándalos suficiente como para que ello hubiera ocasionado una cascada de dimisiones y una convocatoria electoral anticipada. La mera implicación de los titulares de más de un Ministerio -Avalos, Marlasca, Illa y Torres- de la tercera autoridad del Estado -Armengol- y del propio Presidente Sánchez hubiera motivado un terremoto político de primer orden, cuya única solución aceptable sería la dimisión en bloque, la disolución de las Cortes y convocar nuevas elecciones. Todo menos seguir gobernando este país bajo la sombra de la sospecha: bajo la incertidumbre sobre de si -como todo parece indicar- existe un entramado de corrupción y de odio -la mezcla explosiva es perfecta- que se ocupa de regir los siempre tristes destinos nacionales.

La respuesta del Gobierno de España ha sido muy distinta a algo mínimamente aceptable desde una perspectiva ética. De un lado, han puesto sobre la mesa nada más y nada menos que los beneficios del novio de Ayuso en las compraventas de mascarillas durante la pandemia. De otro lado, han seguido adelante con la infame Ley de Amnistía, aprobándola en el Congreso por unos pocos votos de diferencia. Y dentro de un marco de Elecciones contínuas durante 2.024. Esto es insostenible. España está completamente polarizada, y esta división en dos bloques está siendo conscientemente planificada y orquestada por la oligarquía que nos gobierna. Nos quieren enfrentados. Nos quieren divididos. Nos quieren discutiendo a muerte por asuntos tangenciales cuando los verdaderos males de la Patria -los que, de verdad, nos unen a todos por igual en un mismo saco de miseria- son ignorados y orillados lustro tras lustro y siglo tras siglo.

Tengo la opinión personal que lo de Ayuso no es más que una muy sucia instrumentalización de instituciones estatales que -lejos de trabajar para todos- lo hacen tan sólo para una parte de los ciudadanos en perjuicio directo de las otras. Ha saltado en pedazos el derecho al secreto de las comunicaciones entre letrados y la obligación de reserva que existe en las actuaciones de la Agencia Tributaria. Hemos llegado a un punto en el que la Ministra de Hacienda te amenaza con el dedo en un debate parlamentario -tú sí tú ten cuidado cuidadito- mientras anuncia -cuatro horas antes de su publicación y en los medios afines- extremos reservados sobre la investigación iniciada contra el novio de Ayuso. La política nacional se encuentra sometida a las exigencias de un pequeño clan secesionista. Estas tres cosas -por sí mismas- harían caer a todo el Gobierno en un sistema digno y verdaderamente democrático.

Esta gente gobierna contra todo aquel que no les apoya. No existe ninguna política de Estado. Todo son descalificaciones desabridas frente a la oposición política. En la conmemoración del tristísimo 11-M Sánchez ataca -en pleno discurso institucional- al Partido Popular. En los comentarios a los medios de comunicación sobre la aprobación de la Amnistía, Miriam Nogueras amenaza al Poder Judicial sin pudor alguno frente al conjunto de los españoles. El Ministro Puente pasa más tiempo insultando en las Redes Sociales que ocupándose del trabajo propio de su Ministerio. Es materialmente imposible no encontrarnos a diario con alguna imprecación partidista efectuada de mala manera por algún responsable público: debieran gobernar para todos o, por lo menos, mantener las buenas formas y apariencias propias de un gobierno integrador y moderno .

El asunto está en que el Doctor Sánchez ha optado por una huida hacia adelante. Un nuevo Stalingrado que -sin el relato heróico de la verdadera resistencia – ha decidido plantear frente a los ciudadanos que no votan ni a la PSOE ni a ninguna de las otras opciones que la sustentan. El Doctor Sánchez nos lleva a una lucha baldía casa por casa que, sin favorecer a ningún grupo de españoles en concreto, tan sólo sirve para apuntalar un sistema económico injusto, insolidario e ineficaz. Y todo ello sin la épica legendaria de las batallas decisivas: todo lo más, con la melíflua charlatanería de los estafadores profesionales. Calen bayonetas. 

Pedro Peregrino - Calle la provincia 5. Burgos. 09128
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