PÉREZ BENCOMO Y COMPAÑÍA.

20.12.2021

Hace muchos años -muchísimos más de los que querría tener a mis espaldas- defendí profesional y personalmente a un amigo - un auténtico falangista auténtico- que estaba siendo objeto de un linchamiento vejatorio -de esos a los que tanto nos han acostumbrado durante los últimos años- por parte de la ultraderecha. Ya sabéis: Redes Sociales, insultos, mails amenazantes anónimos y demás tratamiento especial recetado por esta banda impresentable. Tomando parte activa de esta puerca manera de hacer política, se encontraba un actual responsable de Falange Auténtica. Un semianalfabeto político que, además de tener un indudable peso dentro de este particularísimo gang, siempre se ha movido como pez en el agua dentro de los ambientes ultras. Hace muchísimos años, yo tomé partido por mi amigo frente a esta gentuza. Y si os cuento como terminó todo, resulta todavía más divertido. Al final, los malos se acojonaron: estaban tan profundamente aterrorizados ante la sola perspectiva de ser demandados que, de un día para otro, las aguas se calmaron y los ánimos se pacificaron.

Algunos de ellos -los que dirigen el grupete- no han conseguido superar la cuestión de aquella Demanda que nunca pusimos. En aquellos tiempos, para colmo y cuando muchos de nosotros ya habíamos emprendido de una forma u otra el sendero de la guerra, existía una franca deriva de Falange Auténtica hacia la derecha -auspiciada por personajes como el zoquete citado anteriormente- y existía una alianza táctica con Falange Española de las JONS llamada Defensa Social. Algunos de nosotros afeamos este acercamiento, y tampoco nos lo han perdonado. De todas formas, yo creo que han existido dos etapas bien diferenciadas en esta cuadrilla: la Presidencia de Enrique Antiguedad -un falangista educado, culto y siempre abierto a las nuevas ideas- y la Presidencia del zote político Pérez Bencomo, un machaca reaccionario con las ideas muy poco claras que ha manifestado, día a día, su absoluta carencia de ideas para sacar del hoyo a la Falange.

Lo malo de esta pandilla no es que hayan tenido -y conserven al día de hoy- vínculos con la extrema derecha. Esa clase de liasons dangereouses las hemos tenido todos en el pasado por un motivo u otro. Lo malo es que esta particularísima secta ha impedido -por razones estrictamente personales- cualquier posibilidad de actuación coordinada a efectos de frenar a la extrema derecha autodenominada falangista. Por esta razón, creo que estos son los peores: los que van de auténticos tan sólo por haberse aprovechado -en su momento- de un vacío burocrático de denominaciones en el Registro de Partidos. Los que han enarbolado la bandera del falangismo democrático tan sólo para escupirnos en el ojo a todos y cada uno de nosotros: los falangistas democráticos de verdad. Estos son los peores. Porque teniendo en su mano la posibilidad de articular una respuesta ilusionante y organizada, desde y por el nacionalsindicalismo, con el fin de desbaratar el uso de nuestros colores por parte del fascismo, no lo han hecho tan sólo por causa de enemistades personales.

Aquellos que anteponen sus antipatías personales al bien común de a Falange deben ser apartados de inmediato: están estorbando de manera consciente la buena marcha de las cosas. Estos miserables han antepuesto una malquerencia -conmigo por supuesto- al interés general de la Falange: me han dado más importancia a mí que a la propia Revolución. Eso les incapacita no sólo a nivel político, sino moral. Cualquier enemistad personal debe dejarse a un lado si se trata de rescatar el nacionalsindicalismo y de iniciar la Revolución. Además de esto, estos impresentables no han dejado de tocar a cualquier militante del MFE que se le haya puesto a tiro al objeto de que abandone nuestra organización explicando, con todo un sucio argumentario, que yo soy el responsable tanto de la muerte de Manolete como de la ocultación del OVNI de Roswell. El asco y el bochorno ajeno que han provocado con estas maniobras no puede ser definido en un par de frases. Al menos de manera educada. Esa actuación política -hablar mal a los militantes del MFE de Nacho Toledano e intentar afiliarlos a su secta- es la única actividad política que se les conoce.

De todas formas, todo lo que propugnan es mentira: están a la misma altura moral que un Picó o que un Andrino. Ni sindicalismo, ni autogestión ni nada parecido. Es falso. Porque dicen estar frontalmente en contra de la extrema derecha: los auténticos de Pérez Bencomo no dejan de predicar su rechazo frente a los usos y modos del ultraderechismo. Sin embargo, me gustaría que alguien me ofreciera, por una vez, el caso de alguno de estos personajes que haya sido agredido, insultado, vejado o amenazado por los miembros de la acostumbrada banda de la porra. Que alguien, de manera documentada, me ofreciera el ejemplo de algún conflicto que estos personajes hayan tenido con la extrema derecha. Muy al contrario, tienen con ellos una muy buena relación y mantienen las mismas posiciones políticas a menudo: se mueven dentro de ese ambiente con una comodidad insólita. Y a estas alturas de la película puede asegurarse que quien no confronta en nuestro entorno -directa y decididamente- con el fascismo o bien es un cómplice del mismo o bien es directamente un fascista. Sólo así se explica esa franca solidaridad con los vándalos de Blanquerna -no os perdáis el Comunicado del grupo en fecha de 18 de Enero de 2.017- ese profunda simpatía frente a la política exterior de Wladimir Putin o esa adhesión incondicional manifestada ante las Presidencias de Víktor Orbán o de Mateusz Morawiecki. No tienen desperdicio. Por eso, creemos que en este año que entra de 2.022 serán definitivamente erradicados de la vida pública. En eso estamos y en eso trabajaremos todo lo activamente que podamos.

Pedro Peregrino - Calle la provincia 5. Burgos. 09128
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