PEPA HERVÁS Y MI SALUD MENTAL
Publicado en el Núm. 44 (ÉPOCA II) de "La Gaceta Escurialense".

Que el futuro económico de San Lorenzo de El Escorial pasa por el establecimiento de empresas de servicios de alta calidad es un dato que no creo que, a estas alturas, nadie niegue o dude ni por un momento. Por eso, constituye un motivo de alegría cada vez que, por los distintos azares de la vida, entramos en contacto con alguna de estas "empresas de servicios de alta calidad" radicadas en nuestro Pueblo. Ello nos confirma que San Lorenzo sigue siendo un lugar atractivo para venir a establecerse, a pesar de las amenazas que pesan sobre nuestra tranquilidad. Un conjunto de personas han decidido abrir el cierre cada mañana en nuestro Pueblo, y este conjunto de personas se merecen -nos merecemos- todo el apoyo institucional que pueda brindarse. Todo y más.
Decía que me he topado con una profesional maravillosa, de esas que causa alegría encontrar tan cerca de tu Casa. Se trata de Pepa Hervás, titular de la Clínica Alfa de San Lorenzo, también anunciante dentro de esta balsa -en medio de la tempestad- que es La Gaceta Escurialense. La Clínica Alfa está dedicada -bajo la dirección de Pepa- a esa rama de la salud conocida de muchas, y diversas, formas: terapias naturales, medicina oriental, sanidad alternativa...
Una serie de nombres unidos por un denominador común, consistente en una cierta clase de terapia sanitaria poco agresiva, absolutamente alejada de la química, apoyada en una evidente tradición milenaria e ideal para la curación de dolencias sencillas, pero incómodas. Todos hemos oído hablar de este tipo de tratamientos, pero la mayor parte de las veces no los utilizamos. Como occidentales, preferimos muchas veces sufrir horas de cola en alguno de nuestros centros de salud -o automedicarnos de manera salvajemente irracional- para intentar quitarnos un ligero dolor de cervicales o rebajar nuestros niveles de ansiedad a través de los baremos de la sanidad del Primer Mundo.
Hasta hace un par de años, yo no creía en este tipo de terapias. Ya os he contado alguna vez como dejé de fumar -en un cuarto de hora- a través de un tratamiento basado en la acupuntura láser. A partir de ahí, he sido muchísimo más receptivo a esta clase de alternativas sanitarias. Porque, a pesar de este evidente carácter alternativo, lo cierto es que funcionan. Y muy bien... al menos en mi caso.
A mí Pepa me ha quitado el stress. O, al menos, me lo ha rebajado a límites tolerables. Me ha descubierto el fascinante mundo de la acupuntura, de la aplicación milenaria de agujas sobre puntos sensibles del cuerpo de uno que, de forma inaudita, logran la finalidad sanadora deseada. Al mismo tiempo -aunque todavía no ha conseguido Pepa meterme en ese tubo- el Centro imparte sesiones de pilates, yoga, shiatsu... y toda esa larga lista de nombres impronunciables que, de una forma u otra, sirven para equilibrar nuestra estabilidad emocional. Nuestro preciado equilibrio nervioso. Desde luego, estas técnicas son aconsejables, y son infinitamente más funcionales que un típico tratamiento occidental basado en una medicación carísima y entontecedora.
Al parecer, los Ayuntamientos de nuestro entorno geografico han comenzado a ofertar cursos y seminarios municipales de estas terapias alternativas. Y yo creo que es muy buena medida. En la medida de lo posible, las instituciones municipales deben fomentar la utilización de estos sencillos mecanismos de relajación. Los Ayuntamientos -¿por qué no?- también deben fomentar las formas de meditación... las técnicas inofensivas de sanación mental de sus Vecinos stressados. Estas terapias son el apoyo ideal para todos aquellos males de sencillo diagnóstico, además de ayudarnos a contar con un enriquecimiento espiritual, un crecimiento interior facilitado por el aprendizaje de técnicas sencillas. Algo así como el crecimiento cero que los falangistas preconizamos para San Lorenzo -crecimiento interior dentro del casco urbano- pero esta vez dentro de nosotros mismos. Sin duda alguna, el fomento de estos remedios sencillos descongestiona nuestro agotado -y agotador- modelo sanitario, además de iniciarnos en hábitos de vida saludables.
Nuestro entorno es muy adecuado para este tipo de Centros de Terapias Naturales, siendo un tipo de empresa que se ajusta -perfectamente- a nuestro Pueblo. Estos empresas de servicios deben constituír nuestro tejido económico y, por tanto, deben ser institucional y decididamente apoyadas. Además, si están dirigidas por óptimos profesionales, la combinación es imbatible a la hora de competir con otras empresas de otros pueblos. Este es el caso de Pepa Hervás, cuyo único defecto -o al menos el más llamativo- consiste en no ser falangista. Por lo demás, y por si no lo habéis notado, a mí me cae realmente bien.