NI UN SOLO VOTO

21.07.2023

En la poca influencia que yo pueda tener sobre lo que quede del nacionalsindicalismo -poco, mal, desilusionado y enfadado- os voy a recomendar algo para el día de reflexión de mañana y para los comicios de pasado. Ni un solo voto falangista -ni uno- a la Coalición reaccionaria que usurpa nuestras siglas y tergiversa nuestra doctrina. Ni un solo voto falangista -ni uno- a todos aquellos impostores que han convertido nuestros firmes principios políticos en un conjunto gris de lugares comunes y de fórmulas huecas. Ni un solo voto falangista -ni tan siquiera una sonrisa condescendiente- a los gamberros de Blanquerna, a los milicianos de opereta del 20-N o a los reaccionarios que nos han identificado -en público y sin vergüenza alguna- con la extrema derecha. Ni un solo voto falangista -ni uno- a estas sucursales vergozantes de VOX envueltas en nuestros colores. Ni un solo voto falangista a estos admiradores de Putin, Duguin, Al Ásad o Milosevic. Ni un solo voto falangista -ni uno- a esa España que no sólo es rancia, antigua y anticuada sino que también -como una losa inamovible- es políticamente inoperante. Ni un solo voto falangista -ni uno solo- a ese conglomerado cutre del negocio barato y de la mala educación.

El lunes -cuando todos estos responsables de la nada- saquen pecho por unos cuantos centenares de votos de más o de menos y limiten sus conclusiones a la autocomplacencia feliz de haberse presentado en un puñadito de provincias, pensad que son los mismos que han invocado a José Antonio en los paneles de los autobuses y que no han dudado en mezclar la imagen del revolucionario más honesto de nuestra Historia con su pseudopropuesta electoral edulcorada y cicatera. No sé a vosotros: a mí -personalmente- me ha dolido en el alma cuando he visto las fotos. El rostro limpio de un hombre limpio mezclado públicamente con todas estas fuerzas reaccionarias. José Antonio ya no está en el Valle de los Caídos, pero ellos siguen empeñados en el secuestro de su figura y en la malversación de su mensaje.

Ni un solo voto falangista -ni uno solo- para todo este gritón grupo de amigos que ha perdido la noción -si es que alguna vez la tuvo- de lo que significa el nacionalsindicalismo: abolición de la propiedad privada de los medios de producción, abolición de las clases sociales, autogestión y democracia plena. Sólo por eso merece la pena llamarse uno falangista y sólo por eso merecería llenar las urnas de votos rojos y negros. Porque cuando ello no es así, y cuando te limitas a defender las cuatro pachangas imperiales de cartón piedra y purpurina con las ocho frases de siempre, acabas propugnando algo que -tanto fuera como dentro de la campaña electoral que corresponda- nos resulta repulsivo y fraudulento. Ni un solo voto falangista -ni uno- a los del mimetismo fascista, a lo del timo del camarada, a los de la pereza y a los de la vaguería en todas sus formas. Ni un solo voto falangista -ni uno- a los que viven de su escasa militancia y a los que han hecho del recuerdo honorable a nuestros Caídos un medio de vida.

Tengo sesenta años y ya he dicho, en alguna ocasión, que ya casi no me quedan frases en este guión de la película que es la vida de uno. Pero me quedan las suficientes fuerzas como para saber que hoy -en este azaroso 2.023- la fuerzas de la Revolución y de la contracultura están en otros trincherones y en otras líneas de frente. A años luz de toda esta panda facilona y nostálgica, existen jóvenes cultos y disciplinados que han comenzado a dar la batalla por la recuperación de la Patria de los trabajadores. El nacionalsindicalismo debe buscar otras alternativas de trabajo y -mientras tanto- ni un solo voto falangista a estos sepultureros.      

Pedro Peregrino - Calle la provincia 5. Burgos. 09128
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