LOS MALOS EJEMPLOS
Publicado en el Núm. 53 (ÉPOCA II) de "La Gaceta Escurialense".

Cuenta Minuto Digital, en su edición de esta semana, que la Cadena de tiendas y restaurantes VIPS ha firmado un acuerdo con las autoridades de Marruecos para contratar, nada menos, que a dos mil de sus súbditos en un plazo de cinco años. La guinda del pastel la pone una de las cláusulas de este acuerdo, al establecer que, de estos dos mil, un mínimo de cuatrocientos gozarán de un contrato indefinido... ¡¡¡un contrato indefinido!!! Un sueño para muchos jóvenes españoles, los cuales padecen el mayor índice de precariedad laboral de la Unión Europea.
La Cadena VIPS nos está dando un mal ejemplo porque, dejando al margen el hecho nada insignificante de estar llegando a alegres acuerdos laborales con una Dictadura, está estableciendo un orden de preferencia -por lo demás, dudosamente constitucional- a la hora de contratar un empleo. Esta discriminación consiste en la circunstancia de ser marroquí. O eres marroquí o, lo más probable, es que no trabajes en VIPS. Esta cadena prefiere a este colectivo humano que, por ejemplo, a los propios españoles; o que, también por ejemplo, a los nacionales de países de nuestra órbita cultural hispana.
Y es que, en España, dos grandes grupos humanos concurren en una apreciación positiva del hecho inmigrante. De un lado, la clase política que, en actitud suicida para los legítimos intereses nacionales, lleva meses viendo en los distintos colectivos extranjeros una auténtica bolsa de inesperados votos. Y, de otro, un conjunto de empresarios sin escrúpulos que ve en la inmigración un medio inesperado de abaratar costes, de contratar mano de obra barata y poco contestona... cuando no, directamente, ilegal. Así, nos encontramos con una curiosa coincidencia en esta trascendental cuestión: políticos y empresarios sin escrúpulos coinciden en que vengan. En que sigan llegando...
Sigue diciendo Minuto Digital que los directivos del grupo VIPS (con más de trescientos establecimientos abiertos en España), firmaron en Rabat el pasado día 30 de Noviembre un convenio marco de colaboración con una denominada Agencia Nacional de Promoción del Empleo de Marruecos (el nombre es casi tan largo como los ceros que tiene la Cuenta Corriente de la Casa Real de Marruecos), por el que se establece el contrato de dos mil trabajadores marroquíes en un periodo de cinco años. Además, se establece esa obligación de contratar de forma fija a un mínimo de cuatrocientos de ellos en esos cinco años. Otra curiosidad de este Acuerdo es la de que los trabajadores son seleccionados tanto por VIPS como por representantes de esa Agencia Estatal Marroquí... ¿os imagináis por un momento las comisiones que va a tener que abonar un joven marroquí a su encargado de selección para formar parte de esta nueva Lista de Schinlder para salir de la miseria?
La noticia tiene otra lectura. La de que dos mil jóvenes españoles no podrán trabajar en la Cadena VIPS, al ser relegados por jóvenes marroquíes: y la de que cuatrocientos jóvenes españoles no podrán tener un contrato de duración indefinida trabajando para esa Cadena. Otra lectura, también espeluznante, consiste en preguntarse el porqué de las negociaciones de una Empresa española con la Agencia Estatal de un Dictadura sanguinaria, corrupta y cruel. Sin contrapartida alguna en orden a la mejora de las condiciones sociales o políticas de nuestro vecino del sur. Sin embargo, no todo va a ser malo: pensad que, al menos, estos dos mil vendrán con Contrato de Trabajo, y no engrosarán las bolsas de marginalidad que existen en nuestros pueblos y ciudades.
La inmigración no trae sólo consecuencias positivas. Está acostumbrando a una nueva casta de empresarios españoles a trabajar con personas que cobran menos que un español por el mismo trabajo y que, además, ni siquiera están organizados para la protesta laboral. Una mano de obra barata y amaestrada, traída a España con el beneplácito de estos demócratas de chichinabo. Porque, curiosa y paradójicamente, esta lesión directa a los intereses y a los derechos de los trabajadores españoles se realiza con el consentimiento sonriente de los llamados Sindicatos de Clase. Y luego encima tendrán la desvergüenza de llamar racistas a los que no estamos conformes con esta situación.
En estos asuntos delicados, siempre nos queda un último y efectivo recurso. Sobre todo ahora que llega la Navidad. Pensad en lo siguiente: si VIPS no quiere a los españoles en calidad de trabajadores... ¿por qué razón va a querer españoles en calidad de consumidores? ¿para unas cosas sí y otras no? Yo no sé vosotros, pero yo -y muchos como yo- ya no vamos: estas acciones laborales deben tener consecuencias económicas negativas para la Cadena. Además, desde que se prima esta modalidad de empleo barato y de formación deficiente, lo cierto es que la calidad de la Cadena ha bajado muchísimo. Lo lamento por las tortitas con nata. Pero NO.