LA ADELANTADA NOCHE DE REYES DE ANTONIO PÉREZ BENCOMO.
Manolo Andrino y Norberto Picó han desvirtuado tanto el falangismo que, sin duda alguna, pueden ser considerados unos impostores políticos de la misma magnitud que la de las organizaciones que dirigen: impostores del nacionalsindicalismo tanto ellos como sus respectivas formaciones.
Sin embargo, debemos reconocer que dan la cara: ofrecen al gran público una cansina concatenación de los mismos discursos que, año tras año, van consolidando una visión de la Falange tan adulterada como -por ejemplo y siguiendo la efemérides de este año- el aceite de colza desnaturalizado. Ello no obstante, hablan y hablan, y nos ofrecen materiales más que de sobra para una confrontación de sus posturas políticas reaccionarias. Ellos se han creído su Jefatura -aunque hay personas que sostengan lo contrario- y hacen gala públicamente de ella a la primera oportunidad.
Eso no ocurre con el tercero de los hermanos en discordia: ANTONIO PÉREZ BENCOMO. Esta persona es Presidente -creemos que todavía al día de hoy- de ese pastiche impresentable llamado FALANGE AUTÉNTICA. Ya sabéis. Aquellos pseudofalangistas que se autodenominan democráticos y distintos a los de los otros dos grupos aunque, en la práctica, todos tenemos claro que no son demócratas y que no son distintos. ANTONIO PÉREZ BENCOMO pasará a la pequeña historia del pseudofalangismo porque -en los ya largos años de esta máxima responsabilidad- NUNCA HA DICHO NADA. Ni bueno ni malo. Nada. Una constante puesta en perfil de su organización y de él mismo, configurando un triste y gris liderazgo dentro de su grupete de amigos: esos que se autodenominan un pequeño grupo de hombres honrados o así. Nosotros, desde el Movimiento Falangista de España, sólo conocemos a Pérez Bencomo por las coces incultas y desinformadas que nos ha soltado al objeto de impedir acuerdos de políticas coordinadas y de posibles integraciones. Algún día hablaremos muy despacio de los detalles que Pérez Bencomo ha tenido hacia todos nosotros porque -al contrario de lo que ocurre con sus ideas políticas- estos detalles podrían ser la base de un pequeño opúsculo o ensayo. Y tal vez lo sean, porque materiales hay de sobra.
Y aunque de sus ideas políticas poco se sabe resulta que, a la larga, no va a resultar tan inútil, inoperante y vago como parece. Nosotros tenemos voces y orejas dentro de Falange Auténtica -por supuesto- y también dentro de los ambientes antifascistas alicantinos. Y nos cuentan que Falange Auténtica ha conseguido -a través de una conveniente profusión de relaciones públicas, peloteo y mentiras políticas- el patrocinio de una empresa juguetera alicantina: CANAL TOYS. Este patrocinio económico va a hacer que puedan abrir una sede -precisamente- en Alicante. Uno de los Consejeros Delegados de CANAL TOYS -José Antonio Santana- presentará su Libro "DÉSELO A MIGUEL" justo antes de la inauguración de la nueva sede el día 27 de Noviembre. Ese acercamiento público no ha sido comentado por la empresa, aunque suponemos que lo hará: debe hacerlo en plena campaña de ventas navideñas.
A Pérez Bencomo le han llegado los juguetes a su casa mucho antes de la Noche de Reyes. Nosotros, al igual que hemos hecho con la Cadena Hotelera Vincci, ponemos desde ahora un aspa muy grande a CANAL TOYS, abriendo oportuna cuarentena frente a la misma. España tiene multitud de empresas jugueteras que no apoyan con su presencia y con su dinero al pseudofalangismo. Por eso, nosotros no vamos a comprar juguetes de Canal Toys en este mes de Diciembre, como tampoco vamos a usar hoteles de la Cadena Vincci. Suma y sigue.
Y si esto no fuera así que lo desmientan: y que expliquen qué hace su Consejero Delegado en un acto pseudofalangista de la peor especie. Todo ciudadano puede escribir un libro, pero también todo ciudadano debe tener cuidado de dónde lo presenta. Y es que, a pesar de la imagen de normalidad democrática que estas personas propugnan y ofrecen al gran público, la gran verdad es que son la capilla más cerrada, ideológicamente confusa y filopopulista de los que dicen ser Falange. Unos impostores con ínfulas de no serlo y con muy poco crédito político.