LA INDISCUTIBLE VACUIDAD DEL 29 DE OCTUBRE
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A los ultraderechistas que usurpan nuestros símbolos les encanta el Discurso del Teatro de la Comedia. No me extraña. Porque, de un lado, se trata del discurso más vacío e insustancial de José Antonio: una envoltura excelsamente poética que encubre una total indefinición ideológica y un simple mimetismo fascista. Y porque, de otro lado, se trata de una conmemoración que, instituída por la Dictadura, ha resultado siempre muy cómoda para el falsofalangismo: les gusta perderse en frases grandilocuentes sin ninguna arista doctrinal, como ejemplo de ese nacionalsindicalismo adulterado tan del gusto del General y de su cuadrilla. Precisamente por esta razón, se empeñan en celebrarlo año tras año, al objeto de mostrar -ante la estupefacta y escasa ciudadanía a la que importan estas cosas tan raras- gestos rancios, frases hechas y poses anticuadas. Una visión del falangismo en nada coincidente ni con nuestra riqueza doctrinal ni con lo que -de verdad- seríamos capaces de ofrecer a a sociedad española.
No debemos permitir que estos supercheros se muevan libremente. En una decisión sin lugar a dudas acertada, el Cine Paz -verdadero referente cultural en el Centro de Madrid y un baúl de centenares de recuerdos para mi generación- ha decidido cancelar la celebración, en una de sus Salas, de la reunión ultra que, un año más, pretendía ofrecer un falso aspecto de solvencia política utilizando un espacio cultural serio y socialmente aceptado. Estos grupos ni son serios ni, muchísimo menos, resultan socialmente aceptados. Todavía recordamos -con una mezcla amarga de vergüenza ajena y de profunda repulsión- el triste espectáculo ofrecido en la histórica institución del Ateneo.
Se ha dicho muchas veces pero no por ello debemos dejar de decirlo en 2.021: el Discurso de la Comedia no merece ser recordado más que en su justa medida de hito fundacional. El Discurso de la Comedia no es más que una imprecisa e incompleta definición del falangismo y, ni tan siquiera, marca nítidamente los ejes doctrinales del nacionalsindicalismo. El Discurso de la Comedia es un instrumento sumamente eficaz en las manos de la extrema derecha ya que, de hecho, ofrece la visión meramente poética e insulsamente hueca que resulta ideal para la desactivación de toda posibilidad revolucionaria de nuestra doctrina. Y así se ha hecho año tras año bajo la Dictadura, y así se sigue perpetuando -también año tras año- por estos insolventes ideológicos.
La reestructuración de nuestra alternativa política exige -sin lugar a dudas- una renovación de nuestros ritos y un replanteamiento de nuestras celebraciones. El espacio usurpado por la extrema derecha ha convertido al falangismo en una repetición monótona de actos mortuorios y de fórmulas vacías de contenido. Con estas ceremonias muchos falangistas no sólo no estamos de acuerdo sino que -a fuerza de ser desvirtuadas, ridiculizadas y malinterpretadas- también han acabado por desagradarnos de manera inevitable y profunda. Arrinconando al fascismo en sus consuetudinarias madrigueras hacemos un servicio a la Falange. Estrechando los espacios de la ultraderecha europea trabajamos por una más que necesaria pacificación de la sociedad española.