HUÉRFANOS DE HEROÍSMO

El 2 de Mayo de 1.808 un puñado de españoles ofreció al mundo un ejemplo de heroísmo y de dignidad. Lucharon por la integridad nacional. Lucharon por la Independencia. Creyeron con fuerza en la Nación, y se resistieron a desaparecer bajo el domino extranjero. Prendieron la mecha de una insurrección nacional y, de paso, nos metieron -con todo los honores- en el Siglo XIX. Y es que, doscientos años después, toda España prepara homenajes en recuerdo de nuestros antepasados. Los Héroes honorables de una grandiosa gesta.
Pero toda España no prepara homenajes a nuestros Héroes. De un lado, los de siempre. Los herederos ideológicos de los mismos que los fusilaban y ahorcaban en las plazas y calles de España. Los que hubieran militado, con gusto, en el bando afrancesado. A esos no les interesa en absoluto este recuerdo. No van a faltarnos oportunidades para hablar de ellos de manera larga y tendida. Los hijos del rencor y de la miseria moral que, una vez más, vendrán a escupir sobre sus tumbas honorables y españolas.
Ahora me refiero a aquellas instituciones o personas que, sencillamente, han ignorado la trascendencia de la fecha. Lo malo es que, cuando se dice que han ignorado, no se trata tan sólo de una mera licencia poética, sino de una tristísima realidad. Parece mentira pero, en un país como España, mucha gente no celebrará este Bicentenario con la debida intensidad. El problema no es la mala fe desde el rencor, sino la ignorancia secular de la que hacen gala muchas de nuestras instituciones oficiales. No celebran la fecha porque no son conscientes de su evidente importancia. Porque ni, tan siquiera, se han preocupado por la forma de conmemorar el acontecimiento histórico que vino a configurarnos como Nación moderna en el concierto histórico.
Es sabido el papel de los Municipios en la Insurrección de 1.808. Es de sobra conocido -al menos por algunos- el hecho político e histórico de como los ciudadanos, ante la simple inexistencia -o, muy a menudo, ante la colaboración con el enemigo- de las más altas Instituciones del Estado, volvieron los ojos ante el poder que tenían más próximo, y al que conocían de manera directa. Se apoyaron en el poder municipal, en busca de información y guía en aquellos difíciles momentos. Fueron los Alcaldes los que, ante ese notorio vacío de poder, articularon la resistencia formando un núcleo administrativo eficaz y resuelto. Fue en Mayo de 1.808 cuando, como no había ocurrido nunca hasta esa fecha, los Municipios españoles forjaron la espina dorsal de la España resistente. Es por esta sencilla razón, por lo que los falangistas creemos que es en el Municipio donde deben tener cabida los más directos homenajes. Los Ayuntamientos -algo tan fácil como eso- deben tirar del hilo de su propia historia, y conmemorar los hitos de la Insurrección que les sean propios. Ofrecer el ejemplo de sus héroes y mártires a las generaciones actuales.
Hace pocos días pudimos ver el Programa de Actos que, organizados por el Ayuntamiento de Guadarrama, va a tener lugar en nuestro Municipio vecino. Además de otros eventos culturales, se hará un repaso histórico del papel de Guadarrama en la Guerra de 1.808, y lo conmemorará adecuadamente con carácter institucional. Algunos Municipios de nuestra Sierra Noroeste han comenzado a anunciar -a un mes vista- sus respectivos programas de eventos conmemorativos.
Sin embargo, y de forma asombrosa, nada de esto ha sido anunciado, al menos todavía, por el Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial. Como si nosotros no tuviéramos historia, ni hubiéramos participado notablemente en aquellos sucesos históricos. San Lorenzo de El Escorial, que vió pasar a los Ejércitos de todas las naciones envueltas en el conflicto: franceses, portugueses, ingleses y españoles. San Lorenzo de El Escorial, que contó con la presencia guerrillera de las partidas patriotas que operaban en la Sierra de Guadarrama. San Lorenzo de El Escorial, cuyo Monasterio fue expoliado e incendiado por las tropas francesas. San Lorenzo de El Escorial, cuyos ciudadanos no conocen, al día de hoy, qué actos institucionales tiene preparado nuestro Ayuntamiento para conmemorar la Independencia Nacional. Eso, claro está, en el caso en que -aunque sea mínimamente- les interese esta honorable conmemoración. Debe ser que estamos demasiado ocupados buscando dónde permitir construir la próxima promoción inmobiliaria. Demasiado ocupados para mirar atrás y agradecer la sangre derramada en defensa de España. Huérfanos de Heroísmo por obra y gracia de la Corporación que nos gobierna. Ojalá rectifiquen.
Como toda conmemoración de esta clase, esta del 2 de Mayo tiene dos vertientes bien diferenciadas. Una es la mera memoria de los Muertos y de sus gestas individuales o colectivas. La otra, la que me gusta más, es la capacidad innata de los grandes hechos históricos para trasladar su carga positiva a través de los tiempos y hasta nuestros mismos días. Existió una vez una Nación en la que las clases populares -las formas más humildes de vida social- se levantaron contra un invasor en defensa de una idea patriótica de naturaleza solidaria, profundamente democrática. Aquel 2 de Mayo demostró que, cuando las instituciones oficiales no funcionan, son los ciudadanos los que pueden suplirlas a través de una acción decidida y desinteresada. Hablaremos de ello. Sin duda.