FELIZ NAVIDAD A TODOS

Es Navidad. Paz en la Tierra... pero no sólo a los hombres de buena voluntad. No sólo a los buenos y justos hombres de buena voluntad. Paz también a los que la tienen mala. Porque es Navidad, y esa cálida luz blanca de Diciembre -que inunda nuestras calles- está brillando para todos y por todos. Es Navidad y -precisamente por serlo- Dios Niño vuelve a nacer para los pobres, para los excluídos, para los que esperan y para los que ya no esperan nada, para los que dejaron de creer, para los que perdieron la esperanza y para los que nunca la tuvieron. Es Navidad y -precisamente por serlo- Jesús vuelve a hacer el milagro en el corazón de los que fracasaron, de los que lo intentaron y perdieron y de los que -ni tan siquiera- lo intentaron. Es Navidad para los buenos, pero también para los malos. Es Navidad para los derrotados y para los que han sufrido y para los que sufren, para los que lloran, para los que ya no tienen ilusión, para los que nunca la han tenido y para los que nunca la tendrán, para los que siguen luchando y para los que se rindieron sin condiciones. Es Navidad y -precisamente por serlo- vuelve la Estrella de Belén a brillar sobre los que están tristes y sobre los desheredados de la suerte. Es Navidad. Y, con ella, el pequeño pesebre vuelve a alumbrar vidas deshechas, almas rotas, colas de desempleo y pasajes desérticos. Es Navidad -precisamente por serlo- para los enfermos, para los descartados, para los inmigrantes, para los marginados y para los que no tienen trabajo, para aquellos a los que pasaron por encima y para aquellos que ya han tocado fondo. Es Navidad para todas las víctimas del falso sueño de nuestro bienestar y para aquellos que han visto su vida convertida en un tunel negro sin final. Es Navidad para los soldados y para los campesinos, para los obreros y para los pescadores. Es Navidad y -para todos- vuelve a nacer Dios Niño. Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad y también a los otros. Sobre todo a los otros.