ESE BOCHORNO ANUAL ENTRE LAS BRUMAS DE NOVIEMBRE

Todo aquel que desee encontrar a José Antonio o -sencillamente- el sentido profundo que tiene para nosotros su último sacrificio, no lo va a encontrar en las conmemoraciones de este mes de Noviembre en Madrid. Estas fiestas mortuorias de forma y de carácter fascista -que constituyen el núcleo esencial de los actos públicos celebrados por el conglomerado de las tres falanges usurpadoras- se celebrarán el día 19 de este mes con la misma pompa ridícula de todos estos años. Un conjunto de ultraderechistas -nacionales y europeos- vociferantes, desafíantes y hoscos desfilando por las calles de Madrid -un dos izquierda derecha paso- dibujando una caricatura ridícula de aquellos falangistas que, en aquel lejano 1.939, trajeron marchando a José Antonio desde Alicante, mediante relevos y escuadra tras escuadra, para mayor gloria del Caudillo y de Serrano Suñer. Si aquello alguna vez tuvo algún sentido -enterrar a José Antonio en el Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial, hacer escarnio del Fundador mediante la mentira de su encumbramiento y mostrar al mundo una Falange absolutamente adaptada al Régimen del 18 de Julio- resulta manifiestamente claro que ahora no lo tiene. Y os habla alguien que ha estado en muchas de esas Marchas pero que ha terminado aborreciéndolas.

La España de 2.021 -esta España enferma y agotada- rechaza a una banda gritona que juega a los soldados en mitad de la crisis nacional más grande que hemos pasado desde la Guerra Civil. Una Guerra Civil cuya hoguera, sin duda alguna, les gustaría encender de nuevo a estos falsofalangistas. Y es que, con actos públicos como estos, te das cuenta que los impostores del falangismo han justificado su existencia alrededor de posturas guerracivilistas: mensajes de 1.940 en la Calle Génova -no confundir con ese Partido Popular al que tanto admiraban y votaban antes de aparecer VOX- y gritos de 1.941 en la salida de la Corona desde Moncloa. Ineficaz basura desde cualquier punto de vista y otro insulto a los falangistas y al nacionalsindicalismo.

Apelo a vuestra memoria si habéis asistido anual y repetidamente a esta Marcha. Mirad dentro de vuestro corazón y decidme si no os averguenzan los borrachos que duermen en el autobús de cola -que no pueden ni mantenerse en pie para portar los últimos tramos de la Corona- las parejas ocasionales que encuentran el perfecto nidito de amor en los discretos asientos de ese mismo autobús o el bochorno absoluto que -ante la ciudadanía española- provoca la llegada a la puerta del Valle de una formación pseudoparamilitar integrada por iracundos personajes de gesto violento, mirada de odio y edad suficiente como para estar comportándose correctamente en otro sitio. Apelo a vuestro corazón, a vuestra memoria y a lo que quede de vuestro falangismo... ¿es esta una postura seria? ¿carnavales como estos son lo único que podemos ofrecer a los españoles? ¿la sagrada memoria de José Antonio se merece este show anual?

Por eso -y una vez más- haremos todo lo posible para que esta kermese ultranacionalista no se celebre este año en Madrid. Y eso que resulta más difícil acorralar al fascismo en sus chiringuitos naturales que cuando se trata de actos cerrados en lugares privados. Es que, cuando se trata de actos callejeros -para que luego se quejen de la conspiración judeocomunista en la judicatura y esas cosas- la última palabra está en los Tribunales que, sin duda alguna, favorecen al derecho de reunión. De esta forma, las bandas negras que se pasan todo el año despotricando de Jueces, Magistrados y Fiscales vuelven a beneficiarse -una vez más- de las resoluciones judiciales. No debemos olvidar una verdad inapelable: si estas personas están sueltas y son libres de manifestarse es -única y exclusivamente- a raíz de las decisiones judiciales que vienen a favorecerles. Resulta una postura absolutamente hipócrita y sucia el hecho de aprovecharse de una Constitución en la que, día sí y día no, se ciscan vomitando bilis.

José Antonio está en otra parte: en las entrañas de un pueblo empobrecido y humillado que debe ser liberado en la Revolución. José Antonio vive en los anhelos de libertad de todos los que aspiran a una transformación efectiva y profunda de nuestro modelo político, económico y social. José Antonio nos abre una línea política viva, dinámica y en constante profundización, que nada tiene que ver con este bochorno anual que -sin lugar a dudas- ha sido pasado por encima no sólo por el sabio reloj de la Historia, sino por el simple sentido común.