EL PACTO EN MARCHA

17.01.2007

Publicado en el Núm. 58 (ÉPOCA II) de "La Gaceta Escurialense".

Muchos nos hemos negado a la rendición. No nos gustan las banderas blancas ni las manos blancas. Suponen claudicación y negación de sólidos principios fundamentales. Representan la antítesis de los valores que estamos propugnando. El olvido de la sangre derramada y de los Muertos. Así, con mayúscula: del mismo modo que se escribe la palabra Patria. Existe un sector cada vez más amplio de españoles que piensan que la izquierda española ha querido rendirse. Alzó las manos por encima de la cabeza y dejó las armas en el suelo, dispuesta a entregarse al enemigo y a dejar de luchar. Sin embargo, el enemigo no ha aceptado este gesto de final de conflicto, y ya estamos otra vez luchando... aunque vigilando nuestras espaldas, porque me temo que gran parte de nuestros combatientes están cansados de luchar, y que volverán a tirar los fusiles en cuanto tengan ocasión. La izquierda española ha querido rendirse, pero la izquierda nacionalista vasca no ha aceptado esta rendición.

Por fortuna, la izquierda no es el zetaperismo. No toda la izquierda ha desertado. Existe una amplísima base social solidaria con el resto de España y beligerante contra el nacionalismo asesino. Una amplísima base socialista cansada -muy cansada- de la escasa talla de los políticos que nos gobiernan, y de la estrechez de miras de sus postulados políticos. Una gran izquierda combativa, heredera de sus tradiciones y códigos propios, preocupada por el desarrollo de los acontecimientos y escasamente representada por el actual inquilino de La Moncloa. Y esta constancia, de siempre sabida por un mínimo conocedor de la realidad social española, se ha puesto de manifiesto en nuestro Municipio a la hora de estructurar un frente electoral que concurra a los Comicios de Mayo de 2.007.

Izquierda defraudada. Ciudadanos que pasan olímpicamente del matrimonio gay y del Proyecto Simio, pero que no quieren ver a su Pueblo quintuplicado en extensión, repleto de nuevas construcciones y haciendo un mal remedo de ciudad dormitorio del Sur de Madrid. Izquierda insultada en sus íntimas convicciones solidarias, que asiste impotente al desarme moral de su propio Partido en San Lorenzo, al no saber encarrilar la resistencia ciudadana frente a los planes constructores de la actual Corporación. Que verá -absolutamente escandalizada- como lo verde se saca a pasear ahora, cuando llegan las Elecciones. Izquierda desmoralizada, que ve como se airean los viejos mitos (ay el comentado homenaje a Salvador Allende), mientras el Ayuntamiento pide a voces una renovación participativa: la creación de mesas y organismos que ayuden a una gestión municipal hecha con representantes populares. El nacimiento de nuevas formas de representación, gestión y participación. Los partidos de izquierda deberían haber sido las puntas de lanza de nuestra oposición municipal y, sin embargo, no han sabido hacerlo.

Muchas veces, durante los últimos días, hemos roto mitos y tabúes. Hemos hablado y vuelto a hablar. Convenciendo acerca de la necesidad de una nueva oposición municipal y nacional. Acercando a la vieja izquierda patriota española los arcanos de las nuevas fuerzas populares emergentes, de un modo nuevo de hacer política absolutamente alejado del morro de la Barden o de la Grandes y, desde luego, de la cobardía del Presidente y de la estrechez en la actuación de sus opciones. Comencemos a trabajar en lo que tenemos más cerca. Cambiando el Municipio comenzamos a cambiar España. Tomando la ofensiva municipalista, empezamos a generar nuevas formas de resistencia a nivel nacional, encuadrando y organizando los sectores de la sociedad española afines a una nueva política. A esa parte de la ciudadanía absolutamente alejada de la vieja política.

Deseamos más solidaridad y más participación. Una Patria solidaria y una democracia participativa. Y en torno a estas dos premisas políticas -como en aquel símil que tanto y tanto nos gusta de las Banderas de los Tercios Viejos- nos agrupamos los inquietos ciudadanos de los tiempos nuevos. Formados alrededor de estas Banderas, estamos encuadrando a falangistas, derechistas partidarios de la llamada derecha nacional y social, populares cabreados (en toda la amplia gama de sanísimo cabreo que tienen, hoy en día, muchos militantes populares), socialistas, verdes, verdes cabreados (en toda la asimismo amplísima gama de cabreo de los votantes verdes serranos), independientes, pintores, abogados (ya en sí mismos una categoría independiente)... en definitiva, a una amplísima gama de personas que han pactado pelear juntos por un nuevo Ayuntamiento y por una nueva forma de gobernar. Y eso me gusta. Porque cuando hemos sido capaces de ir articulando una Candidatura como esta nos damos cuenta de la tremenda vitalidad que está sacudiendo San Lorenzo. De las ansias de cambio que, por encima del aburrimiento general, están latiendo en el corazón de muchos de nuestros vecinos.

La mecánica es clara... no distingamos a los grandes partidos nacionales en una pretendida doble vertiente general y municipal: eso no es cierto. No existe un Partido en Madrid y un Partido aquí. Es el mismo: el Partido Popular que nos gobierna aquí es el mismo que se aposenta en la Calle Génova. Es el mismo que traga con el aborto y con la sangre de nuestros Muertos. Es el mismo que facilita las representaciones de Leo Bassi en Madrid, que se opone a la expulsión de los inmigrantes ilegales y que pide al estado más y más dinero para su integración. Ese Partido Popular es el mismo que, en nuestro Pueblo, se esfuerza por edificar nuestro entorno y por crear un Municipio paralelo, y el mismo que permite una laxa política de empadronamiento de extranjeros no comunitarios. Y lo mismo ocurre con el PSOE: el mismo que se rinde al nacionalismo vasco en Madrid es el mismo que se rinde, constante y sistemáticamente, en nuestro Municipio a las iniciativas populares.

Una buena forma de castigar el hastío provocado por los grandes partidos es, sencillamente, no votándoles en nuestros entornos más próximos. Hacer política directa y estrictamente vecinal aquí mientras les pegas la patada -figurada, por supuesto, que siempre existen tontos preelectorales- aquí y en Madrid. Calad bayonetas y vamos allá.

Pedro Peregrino - Calle la provincia 5. Burgos. 09128
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